ARTICULACIÓN CONCEPTUAL
MEAD-LEWIN-ANZIEU-BION-WINNICOTT
PSICOLOGÍA SOCIAL PICHONIANA
Docente: María del Carmen Barcia
Una
de las dificultades más comunes que refieren tener los alumnos de Psicología
Social es que –si bien dicen no tener dificultades en comprenderla- no consiguen articular la teoría
que forma parte de la epistemología convergente para poder apelar a ella
en la práctica.
Trataremos
de hacer un brevísimo recorrido temático para facilitar el aprendizaje.
Al
utilizar el ECRO como marco conceptual, Pichon establece la teoría del vínculo
(como superación de las relaciones objetales que planteaba Melanie Klein)
como objeto de nuestra disciplina. Va a postular una Psicología Social como la
ciencia de las interacciones orientada hacia un cambio social.
Los
desarrollos que realizó se abocaron a una concepción del sujeto como sujeto
social, una concepción del mundo moderno, una concepción de cómo se
constituye la subjetividad, una concepción de salud y de enfermedad, una ética,
la utilización de un método dialéctico y un dispositivo y técnicas de
intervención.
PICHON
entiende al sujeto social como emergente de un grupo primario: la familia. A su vez, ese
grupo familiar que lo instituye, está atravesado por una cultura propia y las
múltiples inscripciones que las instituciones sociales van dejando en ella. Y,
como cada sociedad determina su propia ideología dominante, usos, costumbres,
normas, ese sujeto estará condicionado por una sociedad que lo antecede y
seguirá estando luego de su muerte.
Hemos
visto, por separado, cuatro autores: George Mead, Kurt Lewin, Didier Anzieu y
Wilfred Bion.
Los
aportes de MEAD en cuanto al intercambio sígnico del humano, diferentes a los
del animal, (que son instintivos) dan lugar al Interaccionismo simbólico: la capacidad de lenguaje (que
funciona como una estructura) pone en marcha un proceso que culmina con la simbolización. Esta
simbolización es una construcción, un producto social, transmitido socialmente.
La
persona humana tiene una parte creativa (el YO) y una instancia en la que
objetiva los roles sociales y las reglas que les corresponden (Mí mismo). De
ahí que se le reconozca como creador de la Teoría de los roles.
O
sea que es producido (por la sociedad, sus normas, sus costumbres
epocales) y a la vez productor (su creatividad, su singularidad se ponen
en juego). Reproduce e innova.
MEAD se diferencia de la escuela conductista, y
dice que la INTROSPECCIÓN se realiza mediante símbolos del lenguaje: el
pensamiento. Para él, PENSAMIENTO Y LENGUAJE SON SINÓNIMOS.
Y
PENSAMIENTO es una forma de CONDUCTA, aún aquella de carácter interno,
introspectivo.
Establece
que la persona (el self) es la confluencia entre el yo y el sí mismo, mí
mismo o mismidad, producto de la internalización de roles sociales.
Establece dos momentos del SELF son evolutivos, el
primero responde a una ACTIVIDAD EXPLORATORIA, (PLAY) y el segundo a la
incorporación de un sistema de REGLAS (GAME).
El
primero entra en la etapa de la socialización primaria y el segundo en la
socialización secundaria.
FACULTAD DE ANTICIPACIÓN: EL YO (I)
FACULTAD DE PONERSE EN LUGAR DEL OTRO
POR VÍA DE LA
INTERIORIZACIÓN DE LOS ROLES: EL MÍ MISMO (Me)
(Funciones que resaltan en la vinculación del individuo con el medio
social)
En
los grupos, los integrantes van a desplegar una multiplicidad de roles.
Pichon
habla de las 3 D: depositante, depositario y depositado. El concepto
pichoniano de Verticalidad/Horizontalidad esclarece la modalidad en que
interactúa el grupo en un proceso de asunción/adjudicación de roles.
Los
roles que destaca la psicología social son los de portavoz, chivo emisario y líder. Dentro de los liderazgos, el de líder saboteador, como líder negativo. Cuando se habla de portavoz, hay que
aclarar de qué es portavoz el integrante de un grupo operativo. Estos roles no
son fijos, sino operativos, forman parte de la “escena dramática"
(constructo de Politzer) que el grupo monta en cada reunión. Tal como un
argumento teatral en el cual, diferentes actores ejercen distintos roles.
Pueden estar al servicio de la tarea o de la resistencia, y aportan al clima
grupal, ya sea positiva o negativamente. O sea: habrá roles facilitadores de la
tarea grupal y otros que estén al servicio de la elusión o la evasión: o sea la
resistencia.
Si
para Bion toda vez que un grupo se encuentra, se da
un “efecto grupo” (bloque) para Pichon se necesita la MRI (mutua representación interna) para
que haya pertenencia, instancia de orden vincular que refiere a la internalización
del otro. La diferencia es sustancial: Bion apela a la noción de valencia.
El término proviene de la química: dos elementos, dos substancias, pueden
combinarse en base a cierta afinidad denominada valencia.
Los
discursos forman parte de lo manifiesto del grupo. Pero la palabra no es
unívoca, Palabras, gestos, miradas, hacen a ese intercambio sígnico de que
habla MEAD. La aprobación o el
rechazo de cada uno son puestos a prueba
a través de esos intercambios que se dan en la superficie, en lo explícito.
Pero por debajo –en el terreno de lo implícito- se juegan instancias que hacen
a estructuras más profundas, más arcaicas de sujeto, y que tienen que ver con
la constitución de su subjetividad. En este plano se juegan los miedos básicos
(al ataque y a la pérdida) de que habla Pichon.
Wilfred
Bion habla de supuestos básicos a una situación
grupal fantaseada en la que se da un común denominador de una escena
inconsciente. Así, hablará de 3 supuestos
básicos: de dependencia, de ataque y fuga y de emparejamiento.
Los primeros pretenden que el coordinador o líder les dé soluciones, es una posición infantil,
demandante. Subyace –en lo latente- la imago de padre bueno, surtidor.
El
segundo se conforma frente a la fantasía de amenaza, con las dos respuestas
posibles y una imago latente que corresponde al padre terrible.
El
tercero se sustenta en la fantasía que surge frente a una pareja (equipo de
coordinación o miembros del grupo) y a la posibilidad que –metafóricamente- procree
un Mesías, (una solución esperanzada al obstáculo en que se encuentran).
Estos
supuestos básicos se presentizan en los grupos operativos de aprendizaje y en
cualquier otro que tenga una tarea como objetivo, su conocimiento servirá para
poder señalar al grupo la posición en que se encuentra, en orden a superar dialécticamente el conflicto.
Kurt Lewin caracteriza al campo o situación como un todo
dinámico, aludiendo a una topología (rama no cuantitativa de las matemáticas
que estudia los espacios y las relaciones, las regiones, los límites, las
subdivisiones del espacio y también las progresiones en función de la debilidad
o fortaleza de las barreras divisorias)*. Estudia el clima grupal en función de
los liderazgos y los elementos que
promueven cohesión o no entre sus miembros. La acción individual va a surgir
como producto de la relación estructural que se produzca en un ambiente en un
momento dado. A esa estructura la denomina CAMPO DINAMICO.
Utiliza el método experimental, aplicado a un grupo de niños que se investiga
en el marco de tres climas sociales:
- AUTORITARIO
- DEMOCRÁTICO
- LAISSEZ –FAIRE
<Toda frustración genera agresividad>, dirá
Lewin, y visualiza al grupo según la concepción gestáltica que dice que el grupo es un todo (mayor) cuyas propiedades
son diferentes a la suma de las partes. (ese “algo más” es la interdependencia).
Trabajó –a diferencia que la Gestalt- sobre la motivación, más que sobre la percepción. Otro
de sus temas prínceps es la resistencia, y establecerá como postulados:
a) Tomar una decisión en grupo es más comprometido que
tomarla individualmente.
b) Es más fácil cambiar las ideas y las normas en un
grupo pequeño que en individuos aislados.
c) La conformidad con el grupo es un elemento
fundamental frente a la resistencia interna para el cambio (o sea que la
presencia del grupo es fundamental para poder pelear las resistencias internas.
Estas
fueron conclusiones extraídas cuando abandona el Laboratorio Social donde había
experimentado los climas grupales y trabaja, contratado por el gobierno
norteamericano para promover cambios en la alimentación, para favorecer la ingesta
de vísceras en la población norteamericana, privilegiando el envío de carne al
frente de batalla durante la segunda guerra mundial.
Motivaciones
y conflictos son también tomados por PICHON como elementos inherentes a toda
acción humana.
Al
tomar al grupo como una estructura dinámica, Pichon investiga al vínculo
en relación a un objeto interno, que tiene una representación manifiesta y una
latente, es decir un contenido manifiesto con el cual se encubre el contenido
latente.
Para
PICHON, los liderazgos son móviles, pero el líder del grupo es la TAREA. Cuando al
grupo progresa hacia el aprendizaje, se dice que está en tarea. Volviendo al tema de los obstáculos, ya sean epistemológicos o
epistemofílicos, (generalmente se dan estos últimos) se produce una instancia
de estancamiento que se denomina pretarea.
Acá tallan los miedos básicos: miedo
al ataque de las nuevas estructuras de conocimiento, y miedo a la pérdida de las estructuras conocidas.
BION
llamará a situaciones equivalentes grupo
de tarea y grupos de supuesto básico.
Por
su parte, DIDIER ANZIEU ubicará el polo
técnico y el polo fantasmático. El polo técnico será operativo, aportará al
logro de los objetivos (la tarea como objetivo grupal y el proyecto que surja
de la elaboración conjunta de la tarea). El
polo fantasmático estará al servicio de la resistencia.
O sea: supuestos básicos y fantasmática
grupal son situaciones regresivas,
lo contrario a las situaciones operativas. El corrimiento de esas situaciones
regresivas se da cuando –frente a un señalamiento u otra intervención del
coordinador- el grupo hace insight y supera dialécticamente los obstáculos que
se le presentan.
ANZIEU
plantea que en todo grupo circulan fantasmas. A esta situación la llama CIRCULACIÓN FANTASMÁTICA. A través de la misma, uno de los integrantes de un grupo oferta al mismo su escena inconsciente,
su fantasma propio, esperando que
todo el grupo la juegue.
Esto se inscribe en la necesidad de cada uno de satisfacer un deseo inconsciente que trata de realizarse. Es así que si resuena
en la interioridad de todos o algunos, los integrantes van integrándose a ese
juego fantasmático a través de diferentes roles. Su propósito tiene que ver con
la necesidad de satisfacer un deseo inconsciente.
El
fantasma es la denominación que la Escuela Francesa da a la fantasía. RESONANCIA es un término que proviene de la
física, aplicado a al fenómeno grupal, equivale a “vibrar con el otro”. Idéntica
estructura del fantasma puesto en juego, replica y se
generaliza.
Anzieu, tomando como base el “estadio del espejo” de
Lacan, pergeña el concepto de “espejo facetado”,
así,
dirá que “el grupo es experimentado por cada
uno como un espejo de múltiples facetas,
devolviéndole una imagen de sí mismo deformada y repetida al infinito”.
ANZIEU plantea que en los comienzos de un grupo, generalmente, se instala
la fantasmática grupal del GRUPO IDEAL, donde la ilusión grupal es de ser los mejores.
Este fantasma operaría para conjurar la angustia que sobreviene en los grupos
en momentos en que no se ha instalado la mutua representación interna. Relación
con endogrupo/exogrupo. Hay una cierta indiferenciación de las singularidades.
A medida que el grupo se va configurando como tal, logrando pertenencia, las
características singulares comienzan a diferenciarse, aportando al conjunto.
Plantea, además, ciertas estructuras defensivas en las que el grupo puede
identificarse: el grupo boca (demandantes,
fantasía oral); fantasma de rotura (se da cuando hay
dos líderes antagónicos que producen sesgo o cisma grupal, llevándose alineados
consigo partes del grupo); fantasma de grupo máquina (todos andan “como
el mecanismo de un reloj, sincronizados, con el peligro de verse tragados por
la máquina); grupo organismo sus integrantes son
como un cuerpo, si alguien deserta se visualiza como una amputación (se fue la
cabeza o el corazón del equipo); fantasma de la muerte del padre (la cohesión a
partir de una figura fuerte: el padre. El grupo puede desmoronarse ante la
muerte real o virtual del elemento articulante).
Donald Winnicott, de la Escuela Inglesa,
al igual que Wilfred Bion, trabajó sobre la creatividad humana a partir del
constructo “espacio transicional” y “objeto transicional”, claves para entender
el proceso de individuación del bebé.
Al hablar de la madre “suficientemente buena”, se refirió a la
posibilidad de que la mediación entre el bebé y el mundo –esa madre- fuera
facilitadora de la constitución del psiquismo infantil. Responsable –la madre-
de las funciones de handling, holding y presentación de objetos, las define
así:
El handling o manipulación es la
particular manera que tiene la madre de moverlo, depositarlo y trasladarlo en
el espacio (esto no es privativo de la edad del lactante, sino que transcurre
en cada momento evolutivo desde los 45 días a los 3 años).
El holding es el sostén corporal que no se
agota con el cuerpo global, sino que se continúa en la mirada, en la palabra.
La mostración de objetos o presentación de
la realidad incluye todo aquello que está inscripto en la presentación del
mundo: desde el plato de comida sólida y la cuchara, hasta las rutinas de lo
que es diurno y lo que es nocturno, de lo que es familia y lo que no lo es.
Winnicott
atribuye importancia al juego, no sólo como descarga pulsional; dice que
comienza como un movimiento de separación de la madre en un espacio potencial
entre ella y el bebé. Como experiencia real, están involucrado el yo con sus
capacidades. La excesiva estimulación podrá detener el juego. Asimismo, define
al objeto transicional como un sustituto de la madre, objeto éste que puede ser
un osito de peluche, una almohadita o un trapito, que los papás valorarán y que
el bebe lleva consigo a todos lados; resabio de la necesidad de conexión del
bebé con el cuerpo y los olores de la mamá.
Pichon-Riviére,
al articular estas teorías y autores en una epistemología convergente, conformó
un aparato (el ECRO) para analizar la interacción sujeto-mundo que nos permite
el acceso crítico a la
complejidad. Se anticipó a los efectos del mundo globalizado
de la modernidad tardía, y al poner en cuestionamiento los instituidos sociales
mediante su análisis exhaustivo en un proceso inacabado, dejó abierta la
posibilidad de modificar activamente (apelando a nuevos constructos teóricos)
la realidad epocal donde intervenga el psicólogo social.
Decimos que la necesidad es el motor del vínculo y
la comunicación el vehículo por el que transita el aprendizaje.
“El vínculo es un tipo específico de relación, y
para que se constituya como tal debe darse dentro de un proceso interaccional,
un proceso de internalización mutua. Interacción que significa relación
mutuamente modificante entre dos actores, entre dos sujetos, donde hay mutua
comunicación y aprendizaje”**.
Intercambiar es ampliar el mundo limitado de nuestro
propio psiquismo; es poder ponerse en el lugar del otro, es aceptar la
diversidad de opiniones, es poder reaprender lo aprendido (deuteroaprendizaje)
para vivir en salud, definida por PICHON como adaptación activa a la realidad.
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* Lucía Balmaceda de Mascialino “Psicología Social. Un punto de partida”.Ed.
Fundación Goecro. Buenos Aires, 1999. Pág.72.
** Ibid. Pág. 74.
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Bibliografía
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para principiantes”. Era Naciente. Buenos Aires, 2005.
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Doria Medina Eguía, Roberto
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Schellenberg
: “Los fundadores de la
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Wellhöfer,
Peter: “Compendio de Psicología Social” (Fotocopia Escuela)